Picaflor Chico: Un gran polinizador de nuestra flora nativa
El picaflor chico (Sephanoides sephaniode) es la segunda más pequeña de Chile y nos cautiva siempre en sus visitas a nuestros jardines con su belleza y rapidez.
Apariencia y Características
El picaflor chico es una ave diminuta, con un tamaño promedio de 11 cm de longitud y un peso de apenas 3 gramos. Su plumaje presenta un dimorfismo sexual, lo que significa que los machos y las hembras tienen diferentes colores. Los machos lucen una llamativa corona roja anaranjada iridiscente, mientras que las hembras tienen una corona verde. Ambos sexos tienen un dorso verde con brillo bronceado y una mancha blanca detrás del ojo.
Hábitat y Distribución
El picaflor chico se distribuye ampliamente en Chile, desde el valle de Huasco en la región de Atacama hasta Magallanes y Tierra del Fuego en el extremo sur. Habita en una gran variedad de ecosistemas, incluyendo bosques, arboledas, jardines, matorrales, setos vivos y arbustos en floración en áreas agrícolas de tierras bajas y estribaciones.
Alimentación y Comportamiento
Como todos los colibríes, el picaflor chico se alimenta principalmente de néctar. Su largo y fino pico le permite extraer el néctar de las flores mientras se mantiene suspendido en el aire gracias al rápido batir de sus alas. Además del néctar, también consumen pequeños insectos.
Reproducción
El picaflor chico construye nidos colgantes en ramas de árboles o arbustos, generalmente sobre cursos de agua. La hembra pone dos huevos blancos que incuba durante unos 14 días. Los polluelos nacen desnudos y ciegos, y son cuidados por la madre hasta que están listos para emprender el vuelo, a las dos o tres semanas de vida.
Importancia Ecológica
El picaflor chico juega un papel fundamental en la polinización de diversas plantas, especialmente de aquellas con flores tubulares. Su vuelo rápido y acrobático les permite visitar una gran cantidad de flores en poco tiempo, transportando el polen necesario para la reproducción de las plantas.
Amenazas y Conservación
A pesar de su amplia distribución, el picaflor chico enfrenta algunas amenazas, como la pérdida de hábitat, el uso de pesticidas y la competencia con otras especies. Es importante implementar medidas de conservación para proteger a esta pequeña ave y garantizar su supervivencia a largo plazo.
Conclusión
El picaflor chico de Chile es una especie fascinante que nos recuerda la importancia de la biodiversidad y la necesidad de proteger nuestros ecosistemas. Su belleza, su vital papel en la polinización y su capacidad de adaptación a diferentes entornos lo convierten en una verdadera joya alada que merece nuestra admiración y cuidado.